Zentangle, arte para meditar

Hace unos días una amiga me habló por primera vez del Zentangle, una forma de meditación basada en el dibujo intuitivo de patrones. Lo probé y, ya con el primer intento, quedé enganchada de esta original y hermosa forma de meditación. A medida que lo he ido practicando, comprendiendo y desarrollando me ha ido pareciendo más fascinante, entretenido y definitivamente efectivo, así que he querido compartirlo con vosotros 🙂

Os dejo una breve introducción y unas nociones básicas para empezar.

El origen

El método Zentangle de meditación fue creado en 2004 en USA por Maria Thomas y Rick Roberts. Maria, calígrafa y artista, se encontraba decorando un cuaderno de caligrafía con patrones cuando esta actividad la llevó a un estado de total enfoque y relajación; impresionada por la experiencia, la compartió con Rick, que había sido monje budista y actualmente ejercía como profesor de yoga, y éste la reconoció como meditación profunda.
A partir de ahí juntos desarrollaron la técnica del Zentangle como método de meditación, una actividad que se usa para lograr diversos objetivos además de la relajación.

La esencia

Zentangle surge de la combinación de las palabras “zen” y “tangle” (enredo), lo que describe la actividad trascendental de la meditación a través de los “enredos” o patrones que dibujamos. La esencia de esta técnica consiste en dejarnos llevar por los trazos enfocándonos en el aquí y ahora, en la actividad que estamos realizando, no dejar vagar la mente sino centrarnos en el dibujo que va surgiendo, trazar una forma intuitiva y espontánea, sin una idea previa y sin pensar en el resultado.

El Zentangle cumple los siguientes principios:

  • El acto de crearlo es tan importante (o más) como el resultado final.
  • Su diseño no se planea, va surgiendo de forma espontánea e intuitiva.
  • Su creación es deliberada pero inesperada.
  • Es una celebración, no un trabajo, es una actividad liberadora y curativa, una forma de celebrar la belleza de las formas y la vida.
  • Es atemporal, no se utilizan herramientas especiales o tecnología sino simplemente tinta y papel.
  • Es una ceremonia, requiere concentración y enfoque total, dedicación, mimo y respeto.

Usos y beneficios

La práctica del Zentangle no solo es una forma de encontrar calma y quietud para nuestra mente; lo que hace disminuir nuestro nivel de estrés y nos brinda serenidad y armonía, sino que también favorece el desarrollo de nuestras capacidades creativas y activa el hemisferio derecho del cerebro (nuestra parte intuitiva, sensible, creativa).

El Zentangle nos conecta con nuestro propio centro, por lo que se supone una valiosa y efectiva herramienta de meditación y autoconocimiento para nuestro desarrollo personal. Nos ayuda además a mejorar la concentración y facilita el enfoque.

Como uso terapéutico, es una herramienta útil en el manejo de la ira, la lucha contra el insomnio, se usa en terapias contra adicciones, desarrollo de la autoestima y modificación del comportamiento. Ayuda a inspirar, resolver problemas y abrir la mente a la tormenta de ideas.

Por si fuera poco, al tiempo que estamos meditando, relajándonos, mejorando nuestra creatividad, espontaneidad y armonía, desarrollando nuestra capacidad intuitiva y de concentración, también estamos creando pequeñas obras de arte de las que disfrutar no solo durante su creación sino también una vez están terminadas.

Práctica paso a paso

La práctica del Zentangle es sencilla y divertida. No hace falta saber dibujar y se puede realizar a cualquier edad, en cualquier momento y en cualquier lugar.

En principio no se necesita más que papel blanco y bolígrafo negro (la idea original incluye papel fuerte cuadrado de 3.5” x 3.5” (9cm x 9cm), rotulador fino de color negro (de 0.2 a 0.5 mm) y lápiz para hilos y sombras. Existe el kit original de Maria Thomas y Rick Roberts, pero se puede utilizar el soporte con que nos sintamos más cómodos, que a fin de cuentas es de lo que se trata 😉

Aunque se puede realizar en cualquier lugar (en la oficina durante un descanso, cuando estamos en casa, en el tren, esperando el autobús o antes de una reunión…) si queremos usarlo como forma de meditación lo mejor es buscar un lugar donde nos sintamos cómodos, respirar profundamente, dejar los problemas y quebraderos de cabeza fuera del papel y sumergirnos en el diseño como quien entra en un baño relajante de espuma y aromas, o en su clase de yoga o en su sillón favorito dispuesto a disfrutar de la lectura de un buen libro.

¿Empezamos?

1. Dibuja el cuadro exterior (no tiene que ir en paralelo exacto a los bordes de la hoja, de hecho tendrá más dinamismo si no es un cuadrado perfecto). También puedes, si lo prefieres, utilizar los límites del propio papel como margen en lugar de dibujar un cuadrado inicial.
Luego traza los hilos, líneas que dividan el cuadro inicial en distintas áreas. Puedes dibujar estas líneas con el lápiz, ya que luego desaparecerán cuando vayas rellenando las secciones con patrones. Estas líneas sirven solo como indicación, siempre puedes extender un patrón fuera del área trazada si lo deseas.
2. Ve rellenando los distintos espacios con patrones (puedes haber practicado algunos ya existentes y aplicarlos a tu diseño o inventar patrones nuevos). Existe un gran número de patrones que puedes aprender, pero lo importante es dejar que tu mano te guíe y disfrutes del trazado. Si te equivocas en un trazo, no borres, redibuja hasta conseguir el efecto que te guste.

Los patrones son formas geométricas, desde las más simples a formas complejas, no son dibujos figurativos sino abstractos; estas formas se van repitiendo hasta formar un patrón.
3. Cuando hayas rellenado tu zentangle, puedes aplicar sombras que den profundidad al dibujo. Usa la yema del dedo para difuminar la sombra o un lápiz especial para ello.

4. Observa el resultado final. Los zentangles no tienen orientación, puedes girarlos sin que pierdan su sentido aunque el efecto de cada patrón puede ser diferente dependiendo desde donde se lo observe. Disfrútalo dejando vagar la vista por sus líneas y trazos, esa observación detallada es también una forma de meditación.

Aprecia tu trabajo ya terminado y guárdalo o enmárcalo, si te parece, como la obra de arte que es y que ha brotado desde tu mismo centro.

A continuación te dejo algunos patrones que te pueden servir para empezar. Puedes encontrar muchísimos más (también con el desarrollo del diseño para que te sea más fácil aprenderlo) en Pinterest.


Experimentando…

… con las formas:

Los zentangles se pueden usar de muchas formas, solo tienes que dejar volar tu imaginación. Aunque el diseño original consiste en un cuadrado y formas no figurativas, siempre puedes dejar que tu creatividad se desarrolle y experimentar con formas definidas que representen objetos de la naturaleza, animales o lo que se te ocurra. Aquí tienes algunos ejemplos:

…con el color:

De nuevo, el zentangle clásico se dibuja con tinta negra sobre un papel blanco, pero ¿quién dice que no puedes utilizar colores si es lo que más te apetece? 😉 Al elegir los colores estarás tomando decisiones que implican el uso del lado izquierdo del cerebro, pero si el dar colorido a tus diseños te relaja y divierte, y eso es lo que buscas, ¡adelante!

…y con los límites de tu imaginación.

¡Felices tangles!