La Reconexión

Hubo un tiempo en el que los seres humanos no se encontraban desconectados de la Naturaleza, ni desconectados unos de otros, ni desconectados del Universo; hace mucho tiempo, todos estábamos conectados a todo por medio de un sistema de líneas de energía.

Nuestros cuerpos están recorridos por lo que se llama “los meridianos de energía”, un sistema regido por las leyes del Yin y el Yang, compuesto por líneas de circulación energética y puntos determinados, que mantiene la salud del cuerpo cuando está en armonía o, en caso contrario, la enfermedad.

El sistema equivalente en el “cuerpo” de la Tierra es la Red Telúrica, un conjunto de corrientes de energía que cubren y protegen nuestro planeta como una especie de manifestación física de su aura. Estas corrientes coinciden con lo que se ha llamado “Líneas Ley” (Ley Lines)

Las Líneas Ley

Aunque sus teorías no tuvieron buena acogida entre los académicos, que rechazaron su obra de pleno, Watkins sí tuvo otros muchos seguidores que continuaron investigando las Líneas Ley, descubriendo que existían en todos los continentes y se extendían como una red planetaria cubriendo toda la superficie de la Tierra.

Distintos estudios demostraron que las corrientes telúricas recorrían las Líneas Ley, a veces en alineamientos de hasta cuarenta elementos que incluían edificaciones de carácter variado, no solo sacras sino también castillos normandos o depósitos de magnetita, entre otros.

Estas investigaciones llevaron a descubrir que las Líneas Ley coincidían con ciertas declinaciones astronómicas, así como la disposición de algunos megalitos atendía también a parámetros relacionados con la posición de las constelaciones y de ciertos cuerpos celestes.

Restauración de la Red Telúrica

Muchos investigadores se han preguntado por qué esos puntos, por qué esos hitos en medio de las corrientes telúricas fueron construidos justamente ahí… En tiempos ancestrales la Red Telúrica estuvo “apuntalada” por monumentos megalíticos que los moradores de esa época colocaron basándose en su entendimiento de las energías terrestres; con el paso del tiempo y la evolución de la Humanidad hacia otras formas de vida, fuimos olvidando esos conocimientos ancestrales y desconectándonos de la energía que nos rodeaba. La Red Telúrica se deterioró y perdimos la conexión con ella.

Desde hace unos dos mil años, seres espiritualmente avanzados han estado encarnando con el propósito de energetizar los puntos donde debían colocarse las catedrales y templos que restaurarían la Red Telúrica; a lo largo de los siglos han inspirado la construcción de determinados edificios que reconectaran esa red.

Actualmente la red está totalmente restaurada y es el momento en que a los humanos nos es posible de nuevo conectar nuestras líneas de energía, de terminación abierta, con las líneas energéticas del planeta, y de ahí conectarnos con la energía del Universo.

La Reconexión

En los últimos años ha estado emergiendo una nueva conciencia espiritual, como consecuencia del proceso evolutivo más y más personas están “despertando” y conectándose a las energías de la tierra. Cuando este número de personas alcance una “masa crítica”, se producirá el salto definitivo, restableceremos nuestra conexión con los planos energéticos superiores y restauraremos la armonía con nuestro propio cuerpo; al ser capaces de conectar con estas energías, conseguiremos autocurarnos. Todo esto favorecerá nuestra comprensión de la multidimensionalidad y nuestra evolución a todos los niveles.

Ha llegado pues el momento de dar un salto hacia una nueva forma de vida, un nuevo paradigma marcado por una mayor conciencia y la conexión con nuestra propia energía, con las energías de la Tierra y con las del Universo.

(Para ver ejercicios de conexión, puedes dirigirte a la sección “ideas peregrinas” o clicar aquí)