Interacciones aurales II. Inducción de frecuencias
En el artículo anterior introduje el concepto de interacciones aurales hablando sobre cómo energéticamente nos afectamos unos a otros a través del campo aural, de los flujos de bioplasma y de los cordones de luz; todo ello se puede percibir a través de la visión ampliada del nivel astral (cuarta capa del aura). Vimos cómo el sistema de defensa que usamos nos protege de las interacciones que identificamos (desde el miedo) como energéticamente peligrosas para nosotros y aprendimos a manejar estas interacciones tanto desde nuestro sistema de defensa como desde la posición opuesta. En el presente artículo veremos cómo nos afectamos mutuamente al nivel del campo aural o cómo se induce una frecuencia dominante de un campo a otro.
Inducción de frecuencias
Esta forma de interacción energética se basa fundamentalmente en dos aspectos: la fortaleza del campo aural y la velocidad de frecuencia vibratoria. Explico ambos conceptos. La fortaleza del campo será mayor cuanto más cargado energéticamente está ese campo; cuando llevamos bloqueos en el aura, tenemos fugas energéticas o enganches que hacen que nuestro nivel de energía disminuya, nuestro campo aural se presenta débil y vulnerable, mientras que si tenemos un aura sana y vibrante, atendemos a nuestras necesidades energéticas en cada capa y lo cargamos regularmente de energía positiva, nuestro campo presenta un estado fuerte y resistente a influencias externas.
Por otra parte, la velocidad de frecuencia vibratoria es el nivel de vibración de nuestro cuerpo energético; unos campos vibran más lentamente y otros más rápidamente, por decirlo de forma simplificada. Todo en realidad posee una determinada frecuencia vibratoria y el aura humana no es una excepción. La inducción de frecuencias consiste en que la persona que posee el campo más fuerte hace que la persona que tiene el campo más débil se adapte a su frecuencia vibratoria; si el fuerte posee una frecuencia alta (vibra más rápido) hará que el otro acelere su vibración, mientras que si tiene una frecuencia baja (vibra por tanto lentamente) hará que el otro ralentice su vibración.
Simpatía o antipatía instantáneas
¿A quién no le ha pasado que, sin apenas conocer a alguien, esa persona le cae muy bien o muy mal instantáneamente? En muchas ocasiones esto está relacionado con el campo energético de ese individuo en comparación con el nuestro y con la forma en que ese campo nos influencia o se deja influenciar por nuestra energía. De la interacción de los campos depende en gran medida que el intercambio energético sea favorable o un completo desastre.
En nuestras interacciones tendemos a adaptar nuestra vibración según lo explicado anteriormente, cuando esto ocurre de forma armónica la relación se desarrolla con fluidez, los campos se mezclan hasta cierto punto y se complementan de forma agradable; esta interacción se registra como algo placentero, positivo y fructífero. Cuando nuestra aura toca la de una persona con una alta frecuencia vibratoria nos sentimos muy bien porque elevamos nuestra propia frecuencia, y cuando ésta influencia nuestro campo y nosotros el suyo, se da un intercambio energético en el que sentimos una verdadera comunión con esa alma, una comunicación positiva.
Por otro lado, cuanto mayor es la diferencia vibratoria entre ambos campos más difícil se vuelve la comunicación entre ambas personas. Así, cuando la diferencia vibratoria es excesiva y la adaptación no es posible o la influencia de un campo sobre otro es demasiado agresiva o forzada, se produce un choque de campos aurales y los dos implicados encuentran prácticamente imposible comunicarse; esto puede registrarse incluso como repulsión, desagrado o miedo en una o ambas de las partes afectadas.
Protección y fortalecimiento del campo
No siempre nos encontramos en nuestro mejor momento en cuanto a energía se refiere, a veces las circunstancias de nuestro día a día debilitan nuestro campo y lo hacen mucho más influenciable al contacto con otros campos más cargados. Esto no significa que estemos indefensos ante este tipo de situaciones y que tengamos que dejarnos influenciar por cualquier campo más fuerte que el nuestro, podemos optar por proteger nuestra aura o por fortalecerla de manera que no estemos tan a merced de las frecuencias ajenas.
Tener conciencia de este fenómeno ya es importante y ayuda, pero a la hora de protegernos de una influencia no deseada en nuestras interacciones energéticas, podemos utilizar un método de barrera para impedir que el otro campo entre en el nuestro; visualizamos una pared entre la otra persona y nosotros, o nos imaginamos envueltos en una nube que nos protege, nos ponemos un escudo de luz o nos convertimos en un espejo, nos volvemos impermeables, impenetrables. Debemos tener en cuenta, no obstante, que si hacemos esto estaremos protegiendo nuestro campo, sí, pero también estaremos dificultando una verdadera conexión con esa persona y la comunicación real y eficaz será mucho más difícil.
Otra forma de evitar influencias no deseadas o la invasión constante es fortalecer nuestro propio campo, algo que siempre es recomendable al margen de la situación y de las interacciones a las que nos expongamos. A continuación os apunto varios métodos que podéis utilizar para cargar vuestro campo aural:
Exposición del campo a fenómenos atmosféricos
Unas auras se cargan mejor al exponerse al sol, otras bajo la lluvia o en la nieve, y otras en los momentos previos a las tormentas o durante ellas. Descubrid qué carga mejor vuestro campo y exponeos a ese fenómeno. Cuando nuestra aura se carga nos sentimos muy bien, recuperados, restaurados, más positivos y más llenos de energía; esa sensación nos ayudará a saber qué usar mejor para cargar nuestro campo. El viento es siempre muy buen limpiador del aura, es muy beneficioso exponernos a él de vez en cuando mientras visualizamos y sentimos cómo nos limpia de sustancias de baja frecuencia.
Utilización del agua
El agua es siempre un limpiador energético fantástico, pero el agua de mar es aún más beneficiosa para nuestro campo aural; si tenéis la posibilidad de ir a la playa en un día despejado, hacedlo, allí tendréis sol para cargar el campo, viento impregnado de agua de mar para limpiarlo y cargarlo también, y si os animáis a mojaros os podréis sumergir en un baño espectacularmente beneficioso para vuestra aura.
El regalo de la naturaleza
Disfrutar de un tiempo en medio de la naturaleza ayuda a cargar nuestro campo energético y fortalecerlo; unas auras se benefician más en los bosques, otras en la montaña, cerca de los ríos, en jardines o incluso desiertos… si pensamos en qué entorno natural nos sentimos más a gusto descubriremos cuál es el escenario más beneficioso para nuestra aura. Averiguadlo y pasad el tiempo que podáis en ese entorno, vuestra aura os lo agradecerá.
Uso de la meditación
También podemos utilizar la meditación para cargar nuestro campo. Por ejemplo, podemos visualizar cómo al respirar la energía del campo universal que nos rodea, ésta entra en nuestro sistema y va cargando todas las capas de nuestra aura. Existen tantas visualizaciones como seáis capaces de imaginar, probad varias y elegid la que os resulte más restauradora.
La respiración misma es beneficiosa para el campo cuando se realiza adecuadamente y es algo que siempre tenemos a nuestro alcance, podemos utilizar una técnica sanadora de respiración para cargar el campo en cualquier momento y lugar. Podéis ver más sobre este tema en el siguiente artículo: Cómo utilizar la respiración para sanarnos.
En el siguiente artículo de la serie sobre interacciones aurales os hablaré de cómo nos conectamos a través de las corrientes energéticas en el campo aural, veremos cómo funcionan los llamados flujos de bioplasma y qué necesidades del campo necesitamos cubrir para manejar mejor su influencia.