El Triángulo Pránico: Conexión y activación energética

El triángulo pránico es un concepto clave en el trabajo con la energía vital o prana. Este sistema está compuesto por tres chakras secundarios que, aunque menos conocidos que los principales, tienen un papel fundamental en la absorción, transformación y distribución del prana en el cuerpo energético. Estos chakras son el del bazo, el subesternal y el dorsal, cada uno con funciones específicas.

El chakra del bazo, ubicado debajo de las costillas en el lado izquierdo del cuerpo, es el encargado de absorber prana del entorno, especialmente del aire. Está relacionado con la vitalidad física y el fortalecimiento del sistema inmunológico, y se visualiza con una luz de color naranja, que simboliza energía y vitalidad. Por su parte, el chakra subesternal se encuentra justo debajo del esternón. Este chakra transforma y purifica el prana, adaptándolo para que el cuerpo lo utilice en diferentes funciones. Su color dorado amarillento representa claridad, estabilidad emocional y fuerza interior. Finalmente, el chakra dorsal, situado entre los omóplatos, distribuye la energía por todo el sistema energético, especialmente a través de la columna vertebral. Este chakra puede visualizarse con una luz azul o turquesa, asociada con fluidez, calma y armonía.

El triángulo pránico trabaja como una red que absorbe el prana a través del chakra del bazo, lo transforma en el chakra subesternal adaptándolo al nivel de energía que el cuerpo necesita según su frecuencia vibratoria actual, y lo distribuye desde el chakra dorsal hasta los cinco chakras principales. Activar y fortalecer esta conexión energética puede traer múltiples beneficios, como una mayor vitalidad, un sistema inmunológico más fuerte y una estabilidad emocional profunda.

Ejercicios para Activar y Fortalecer el Triángulo Pránico

Respiración consciente y visualización

Para trabajar con este triángulo, puedes comenzar con ejercicios de respiración consciente y visualización. En una posición cómoda, lleva tu atención al chakra del bazo y visualiza una esfera naranja girando suavemente y absorbiendo prana del aire. Mientras respiras profundamente, dirige esa energía hacia el chakra subesternal, viendo cómo la luz dorada en esta zona se expande y purifica el prana. Desde allí, guía la energía hacia el chakra dorsal, entre los omóplatos, imaginando una luz azul que conecta y armoniza los tres puntos. Este ciclo de visualización puede repetirse durante varios minutos para sentir el flujo energético equilibrado.

Tapping energético

Otra técnica efectiva es el tapping energético. Usando dos dedos, golpea suavemente el área del bazo debajo de las costillas mientras respiras con atención. Luego, haz lo mismo en el área subesternal, justo debajo del esternón. Finalmente, estimula el chakra dorsal mediante golpeteos suaves entre los omóplatos; si no puedes alcanzar esta zona, un masajeador o la ayuda de otra persona puede ser útil. Este método activa y fortalece los chakras al tiempo que moviliza el prana en todo el sistema.

Mantras y vibraciones sonoras

El uso de mantras y vibraciones sonoras es otra forma poderosa de trabajar con estos chakras. Durante tu práctica, puedes entonar el sonido “Lam” mientras visualizas la luz naranja en el bazo, seguido del sonido “Ram” para activar la luz dorada del chakra subesternal y, finalmente, el sonido “Ham” para energizar la luz azul del chakra dorsal. Estas vibraciones generan un efecto armónico que refuerza la conexión del triángulo pránico.

Meditación para el Triángulo Pránico

Si prefieres una práctica más introspectiva, una meditación guiada puede ayudarte a profundizar. En un lugar tranquilo, relaja tu cuerpo y mente con respiraciones profundas. Una vez centrado, enfoca tu atención en el chakra del bazo, imaginando una esfera de luz naranja que absorbe energía vital. Desde allí, visualiza cómo esa luz fluye hacia el chakra subesternal, transformándose en un resplandor dorado que purifica y equilibra. Luego, permite que esta energía fluya hacia el chakra dorsal, donde se expande como una esfera de luz azul, distribuyendo el prana por toda tu espalda y el sistema energético. Mantente en esta visualización durante varios minutos, sintiendo la conexión fluida entre los tres chakras y la energía revitalizante que se genera.

El triángulo pránico es una herramienta poderosa para mantener el equilibrio energético del cuerpo. Al incorporar estas prácticas en tu rutina diaria, no solo mejorarás tu vitalidad física, sino también tu bienestar emocional y espiritual. El fortalecimiento de esta red energética es clave para lograr un estado de armonía y sanación profunda.

 

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