El insomnio, desde una perspectiva energética, puede entenderse como un desequilibrio en el flujo natural de nuestra energía vital. Cuando nuestras emociones, pensamientos o experiencias diarias generan estrés o tensión, esta energía tiende a estancarse o sobrecargarse en ciertos puntos, especialmente en la mente. Esto dificulta el estado de calma necesario para un sueño profundo y reparador. Al liberar esos bloqueos energéticos y permitir que la energía fluya de manera armoniosa, ayudamos a nuestro cuerpo y mente a entrar en un estado de relajación profunda, facilitando así el descanso nocturno.

En los diez minutos que dura la meditación, empiezas a calmar tu sistema nervioso e inicias el proceso de reprogramación de tu mente para relajarse de manera que consigas dormir profundamente para obtener un sueño reparador.