Nivel del Hara: alinearse con la misión vital

En el artículo anterior os hablé de la Estrella Núcleo, la chispa divina que todos tenemos dentro de nosotros, esa parte más allá del tiempo, del espacio y de la encarnación que somos realmente. Me han preguntado mucho sobre la Línea del Hara que mencionaba en ese artículo, que es entre otras cosas la “puerta” por la que la Estrella Núcleo emerge para después pasar a los niveles áuricos y finalmente al nivel físico, así que a continuación me extenderé algo más sobre este aspecto para que, conociendo un poco mejor esa “puerta”, os sea más fácil utilizar la fuerza sanadora de la estrella.

Qué es el nivel del Hara

El nivel del Hara es uno de los cuatro niveles en los que existe el ser humano. Estos niveles son el físico, que es el más superficial y denso, el aural o del campo energético, más profundo que el anterior y donde todo se crea antes de existir en el plano físico, el nivel del Hara, aún más profundo y del que hablaremos más a continuación, y por debajo de éste el nivel de la Estrella Núcleo (del que os hablaba en el artículo anterior).

El nivel del Hara guarda relación con nuestra misión en la vida y el objetivo espiritual con que encarnamos; aquí se almacenan nuestras intenciones, por lo que un cambio significativo en nuestra intención provocará un cambio en este nivel y por tanto impactará el proceso creativo que nos permite cumplir nuestra misión vital. Pero hablemos antes de dónde están exactamente contenidas esas intenciones y de por qué conocer más a fondo y mantener sano este nivel es importante. Para ello empezaremos viendo las partes que lo componen.

Qué forma la Línea del Hara

Como su nombre indica, la Línea del Hara es una línea o cordón energético que con percepción ampliada se visualiza como un hilo dorado de algo menos de un centímetro de grosor y une tres puntos de nuestro sistema, además de conectarnos con el núcleo de la Tierra.

El primer punto está a aproximadamente un metro por encima de nuestra cabeza, presenta el aspecto de un pequeño cono con la base hacia abajo y el vórtice hacia arriba, y se conoce como Punto de Individualización porque representa nuestra primera individualización con respecto a la Fuente, la primera vez que nos separamos del origen (aunque sigamos formando parte de él) para convertirnos en una individualidad.

El segundo punto se encuentra un poco por encima de donde estaría el chakra corazón en el nivel aural, a unos 6,5 centímetros por debajo de la garganta, se le llama Sede del Alma o Corazón Superior y se percibe como una luz esférica azul-morada. Aquí están contenidos nuestros anhelos, los que nos conducen a través de la vida para cumplir con nuestra misión vital y también nos aporta la pasión para realizarla.

El tercer punto es el Tantien Inferior; situado a unos 2,5 – 4 centímetros por debajo del ombligo, presenta el aspecto de una bola de luz dorada de unos seis centímetros de diámetro recubierta por una membrana. Aquí almacenamos la energía vital pero también contiene nuestra voluntad de vivir en el cuerpo físico.

El cuarto punto de conexión de la Línea del Hara es en realidad el núcleo de la Tierra, que nos provee de energía vital cuando nos enraizamos. Cuando utilizamos esa energía con fines curativos, al llegar al Tantien éste se vuelve de un color rojo y genera calor en el cuerpo del sanador.

Conexiones sanas en la Línea del Hara

Es importante mantener la Línea del Hara sana, alineada y conectada a sus puntos principales, pues nos sentiremos alineados con nuestra misión vital y enfocados hacia nuestros objetivos más altos, las piezas del puzle de nuestra vida encajarán y todo estará sincronizado con el propósito universal, con el plan que diseñamos antes de encarnar, además de que estaremos más sanos en todos los sentidos.
Cuando esta línea no está bien conectada al punto de individualización nos sentimos desconectados de la Fuente de la que procedemos, no sentimos que exista algo más grande que nosotros y nuestra espiritualidad se resiente. Si la sede del alma está desplazada o no está bien conectada al cordón dorado, no entendemos bien nuestros anhelos y éstos no nos pueden guiar por la vida para llevarnos a realizar nuestra misión vital, lo que deriva en un sentimiento de falta de propósito en la vida. Si es el Tantien inferior el punto descentrado o que no está bien conectado o que se encuentra incluso dañado, no somos capaces de acceder a la energía vital que se acumula en este centro, por lo que nos sentiremos agotados y faltos no solo de vitalidad sino de la alegría de vivir en el mundo físico.

Además de estas conexiones, es muy importante que la línea del Hara esté bien enraizada en el núcleo del planeta, pues así podremos sincronizar nuestra vibración con la del campo magnético de la Tierra y extraer la energía vital para recargarnos. El enraizamiento nos permite además mantener centrado y sano el cordón, con lo que podremos atraer hacia este nivel la Estrella núcleo más fácilmente y trabajar con ella en nuestra propia sanación.

Ejercicio para enraizar la Línea del Hara

Enderezar la línea del Hara, sanarla cuando está dañada o centrar y reconectar los puntos que la forman, es una tarea avanzada que debe dejarse en manos de un sanador. Sin embargo existen ejercicios que podemos practicar por nosotros mismos para conectarnos al núcleo terrestre y extraer energía sanadora para recargar la línea. En breve subiré una meditación guiada para enraizarnos a través del cordón dorado, pero mientras tanto os dejo un ejercicio de visualización que os puede servir para ello.

Visualiza una bola dorada de energía en la zona del vientre, a unos 3 cm por debajo del ombligo; es el Tantien inferior, el lugar donde almacenas energía vital. Desde aquí un hilo dorado baja en línea recta hasta el núcleo de la Tierra, se adentra en él y se ancla suavemente. Yo suelo imaginar que la línea se divide como formando unas raíces y éstas se entierran en el núcleo, pero puedes hacerlo como te resulte más natural.
Luego visualiza una luz esférica de un color morado-azulado en el pecho, a unos 6 centímetros por debajo de la hendidura de la garganta. Aquí se encuentran tus anhelos y tu conexión con la misión vital, siente cómo brilla cada vez con mayor claridad, más nítida, y cómo se expande. Une el Tantien inferior con esta estrella a través del mismo hilo dorado con que estás enraizado al núcleo.

Ahora visualiza un pequeño cono con el vórtice hacia arriba a un metro por encima de tu cabeza, es como un pequeño remolino y representa tu individualización. Lleva la Línea del Hara desde la estrella del pecho hasta este remolino y conecta el hilo dorado con este punto.
La línea del Hara ya está conectada en todos sus puntos, visualízala perfectamente recta y centrada, luego siente cómo la luz sanadora del núcleo de la Tierra asciende por ella, llena el Tantien inferior, continúa hacia arriba, energiza la sede del alma, llega hasta el punto de individualización y así llena de luz y de energía sanadora todo el nivel del Hara.