MERIDIANOS (I) Cómo conocerlos
Muchos habréis oído hablar de los meridianos como unas líneas de energía que recorren nuestro cuerpo, pero ¿qué son exactamente?, ¿cuál es su razón de ser?, ¿en qué nivel de nuestro campo energético se encuentran? y ¿cómo nos afecta su estado? son preguntas cuya respuesta mucha gente probablemente desconoce. En esta serie de artículos trataré de contestar a estas cuestiones y, lo más importante, os contaré cómo saber cuándo un meridiano no está en buen estado y qué podéis hacer vosotros mismos para mejorarlo, haciendo que todo funcione mejor a distintos niveles.
Qué son
Los meridianos son, como apuntaba al principio, líneas de energía o más concretamente caminos ya trazados que la energía sigue a lo largo y ancho de nuestro cuerpo. Forman el sistema de canales y se encuentran en el nivel de la primera capa del aura, el cuerpo etérico, por lo que su estado repercute fácil y rápidamente en el nivel físico.
Aunque en realidad se trata de un solo meridiano muy extenso, para trabajar con él lo consideramos dividido en doce partes o doce meridianos principales, que nombro a continuación y de los que os hablaré más adelante uno por uno.
- Meridiano del Bazo
- Meridiano del Corazón
- Meridiano del Intestino Delgado
- Meridiano de la Vejiga
- Meridiano del Riñón
- Meridiano del Pericardio
- Meridiano del Triple Calentador
- Meridiano de la Vesícula
- Meridiano del Hígado
- Meridiano del Pulmón
- Meridiano del Intestino Grueso
- Meridiano del Estómago
Cuando se trabaja con los meridianos, normalmente se considera también a los llamados Meridiano Central y Meridiano Gobernador, que en realidad no son meridianos sino circuitos radiantes (se les llama también Vaso de la Concepción y Vaso Gobernador). Ya que en un artículo posterior os hablaré de los circuitos radiantes, no entraré en detalles sobre ellos en este artículo pero sí los mencionaré puntualmente.
Nacimiento de los meridianos
Un aspecto que puede resultar curioso sobre estas líneas de energía es que no siempre estuvieron ahí, se fueron creando y consolidando desde un estado previo que es el de los llamados Circuitos Radiantes, según la medicina clásica china también conocidos desde la antigüedad como Flujos Extraños o Vasos Extraordinarios.
No me extenderé ahora sobre estos flujos energéticos, pero baste decir que, hace milenios cuando los meridianos aún no existían, las energías en nuestro cuerpo etérico se movían espontáneamente allá donde fueran requeridas, así viajaban libremente por nuestro cuerpo sanando, energetizando, calmando o inyectado vigor según fuera necesario.
A lo largo de nuestra evolución energética, estos recorridos de la energía se fueron repitiendo una y otra vez hasta ir consolidándose como caminos, dando lugar a los meridianos que ya conocemos; es como si recorriéramos un prado campo a través y lo hiciéramos tantas veces por el mismo sitio que acabáramos trazando una senda en el paisaje.
Conocer los meridianos
Sin excederme en detalles sobre cada uno de los meridianos (porque el artículo se haría interminable de tanto como hay para decir de ellos), trataré de ofrecer una idea general de cada canal así como contaros qué tipo de trabajo realiza cada uno y qué partes de nuestro cuerpo afecta su buen o mal funcionamiento.
El Meridiano del Bazo es la línea energética que se extiende desde el dedo gordo del pie (base de la uña) hasta el costado del pecho, y gobierna el bazo y el páncreas, por lo que está estrechamente relacionado con el metabolismo; si este meridiano no fluye correctamente, no podemos metabolizar bien, no solo a los alimentos sino también las emociones, pensamientos, nuevas energías, etc. al mismo tiempo que afectará a la asimilación de información y los procesos cognitivos. Está también relacionado con el sistema inmunológico e influye en el sistema digestivo y el aparato reproductor femenino.
Aunque este canal sea clave en nuestro metabolismo, es mucho más que un metabolizador energético… Donna Eden lo compara con una madre que cuida de toda su familia y se asegura de que todos están bien nutridos, y es que este meridiano realmente cuida de que todos los demás tengan suficiente energía para funcionar correctamente y estén en armonía entre sí; cuando esto no ocurre, el Meridiano del Bazo moviliza a todo el sistema energético para solucionar la situación. Por eso es de suma importancia que este canal se mantenga en buen estado.
El Meridiano del Corazón es el más corto, recorre el brazo desde el centro de la axila hasta el dedo meñique en el lado radial, y gobierna al corazón, como órgano y como centro energético, además del sistema circulatorio sanguíneo. Éste es el único meridiano que no se puede trazar al revés (más adelante os hablaré del trazado de los meridianos para su limpieza y recarga). Para la medicina china tradicional, es la casa de la mente y se relaciona con el cerebro.
Su estado determina cuán conectados estamos con nuestras propias emociones y sentimientos; si este meridiano transporta poca energía, puede faltarnos inspiración y no ser totalmente conscientes de lo que sentimos, mostrando frialdad o desinterés ante los estímulos externos. Por el contrario, cuando este meridiano transporta demasiada energía estaremos emocionalmente erráticos y el exceso de inventiva podría ocasionarnos problemas para distinguir entre la imaginación y la realidad. De aquí proceden los estados de ánimo y sus cambios.
El Meridiano del Intestino Delgado se inicia en el dedo meñique y recorre el brazo pasando en zig-zag por el omóplato y terminando enfrente de la oreja. Gobierna el intestino delgado pero tiene una gran influencia en todo el sistema digestivo, además de afectar directamente a los tejidos blandos y a la linfa y la sangre en su transporte de nutrientes y desintoxicación del cuerpo. Posee funciones expresivas y comunicativas, por lo que juega un importante papel en la expresión de la creatividad.
Este meridiano absorbe el exceso de energía en el corazón y guarda relación con nuestra capacidad de discernimiento, claridad mental y juicio. Cuanto más obstruido o perjudicado esté este meridiano en nuestro sistema de canales menos seremos capaces de distinguir los distintos aspectos de una situación y menor capacidad tendremos para tomar decisiones acertadas. Este canal energético está también encargado de la estabilidad de nuestra emotividad y nuestra capacidad para mantenernos en calma.
El Meridiano de la Vejiga es el más largo, recorre todo el cuerpo desde el lacrimal, pasando por lo alto de la cabeza y por toda la espalda bajando por la parte trasera de las piernas para terminar en la punta del dedo pequeño del pie. Gobierna la vejiga, regula el funcionamiento del sistema nervioso autónomo e influye directamente sobre los nervios simpáticos y parasimpáticos.
Este meridiano está relacionado con nuestros miedos más profundos, por lo que en una situación de intenso miedo o de enfrentamiento con una fobia (que supone un temor muy profundo y arraigado) puede verse muy perjudicado; también está conectado con nuestras dudas e incapacidad para tomar decisiones, así como con aspectos tales como la falta de ética, los celos, la sospecha y la envidia cuando la energía sana no fluye adecuadamente por él.
El Meridiano del Riñón parte del centro de la planta del pie, rodea el hueso del tobillo y sube por las piernas y torso para terminar justo debajo de los huesos centrales de la clavícula. Gobierna los riñones y los órganos sexuales, de manera que transporta energía sexual y controla las funciones sexuales y reproductivas. También gobierna el sistema óseo y la espina dorsal.
Este meridiano, según la medicina tradicional china, contiene la esencia que nos conecta con nuestros ancestros y que perdura en nosotros. El estado de este canal energético influye en nuestra energía vital y sexual, pero también afecta a nuestra memoria a largo plazo, así como al equilibrio hormonal, la fertilidad y la salud de huesos y cerebro. Son propias de este meridiano energías relacionadas con el coraje y el valor, el liderazgo y el uso de la voluntad (falta de todo ello si el canal se encuentra obstruido o falto de energía).
El Meridiano del Pericardio recorre todo el brazo desde la zona del corazón, pasando por la axila y la cara interior del brazo hasta el final del dedo medio. Se le llama también Protector Cardiaco porque, al igual que el pericardio físico es una membrana que protege al corazón, este meridiano protege al meridiano cardiaco de emociones negativas que pueden llegar de otros puntos, como la ira del hígado, el miedo de los riñones o la pena de los pulmones.
Como parte de su labor protectora, el Meridiano Pericardio guarda la barrera de nuestra intimidad, regulando lo que puede o no salir al exterior así como lo que puede o no entrar desde el exterior. La energía que transporta está relacionada con los sentimientos amorosos vinculados al sexo, de manera que vincula la actividad sexual con emociones más elevadas.
El Meridiano del Triple Calentador parte del dedo anular y sube por el brazo hasta el cuello, rodea la oreja por detrás y termina en la sien. Está vinculado al hipotálamo y trabaja con las glándulas suprarrenales para producir cortisol y adrenalina, ya que es el responsable de nuestra respuesta de lucha o huida. Donna Eden lo identifica con la figura del Guerrero, es el meridiano encargado de nuestra supervivencia, de identificar y destruir a los invasores del sistema físico y energético, y de responder al estrés.
El problema en los tiempos actuales es que vivimos en una constante situación de estrés, ya sea por el trabajo, el ritmo de vida acelerado y los problemas que constantemente tenemos que resolver, como por la contaminación que respiramos y que entra en nuestro sistema a través de la respiración y los aditivos químicos que ingerimos con los alimentos procesados. Todo esto hace que el meridiano del Triple Calentador se encuentre en continuo estado de alerta; cuando esto ocurre, que es la mayor parte del tiempo, éste toma energía de todos los demás meridianos (excepto del corazón, ya que moriríamos) para movilizarse contra la amenaza del momento, con el consiguiente detrimento del equilibrio de todo el sistema de canales. Esto hace imprescindible que mantengamos “relajado” a este guerrero energético indicándole que todo está bien, más adelante os enseño cómo.
El Meridiano de la Vesícula es uno de los más largos, recorre todo el cuerpo empezando por el extremo del ojo, zigzagueando por la cabeza y por el tronco, bajando por las piernas y terminando en el cuarto dedo del pie (junto al pequeño). Gobierna la vesícula biliar, considerada sede del coraje y la decisión, y trabaja conjuntamente con el sistema linfático para limpiar las toxinas del organismo (a nivel físico, químico y energético).
Junto con el hígado, este meridiano está relacionado con la toma de decisiones, en este caso a corto plazo (mientras que el meridiano del hígado planea a medio y largo plazo). Las energías que transporta también guardan relación con el enojo; recordad algunas expresiones que mencionan la bilis, fluido que se segrega en la vesícula.
El Meridiano del Hígado alberga, según la filosofía china, el Hun o espíritu, nuestra parte inmortal. Comienza en el dedo gordo del pie (base de la uña) y sube por el dorso del pie y por la cara interior de la pierna hasta el bajo abdomen, donde traza una línea curva hasta debajo del pecho en el lado opuesto a donde se inició. Gobierna el hígado, purificador y desintoxicador de la sangre, y regula el Chi al tiempo que acumula energía. También gobierna la sinergia entre el sistema digestivo y el aparato respiratorio.
Este meridiano es especialmente sensible respecto a ciertas emociones negativas como la ira, la frustración, los celos y el rencor, por lo que debemos tener cuidado con estas emociones si queremos mantener la salud de este canal. La energía que transporta se asocia a los inicios e influye en nuestra creatividad e intuición. Cuando tomamos decisiones ponemos a trabajar a este meridiano junto con el de la Vesícula Biliar; la vesícula se encarga de las decisiones inmediatas mientras que el hígado planea a medio y largo plazo.
El Meridiano del Pulmón se extiende por la cara interior del brazo empezando en el pecho (un poco por debajo de la clavícula) y terminando en la base de la uña del pulgar. Gobierna no solo los pulmones sino todo el sistema respiratorio, administrando la respiración y regulando el Chi que penetra en nuestro cuerpo a través de ésta.
La energía que controla este meridiano está relacionada con la rigidez tanto física como emocional y mental, por lo que conviene mantener este canal en buen estado si queremos disfrutar de una mayor flexibilidad en todos los sentidos. También maneja sentimientos de pérdida, por lo que cuando perdemos a una persona querida es muy beneficioso tratar este meridiano para poder aceptar y afrontar la pérdida lo mejor posible.
El Meridiano del Intestino Grueso parte del dedo índice y recorre el brazo hasta el hombro, toca un punto de la espalda para volver al cuello y por la cara llegar hasta la nariz. Este meridiano gobierna el intestino grueso y la función de absorción de líquidos y eliminación de residuos, además de ayudar a las funciones pulmonares.
La energía de este meridiano está relacionada con el desapego, con dejar ir lo que ya no nos sirve o nos daña, lo que es innecesario para nuestro desarrollo o nos perjudica, como malos pensamientos, energías negativas de todo tipo, sentimientos dañinos… y también limita las acciones de energías negativas que vienen del pasado como recuerdos dolorosos o remordimientos.
El Meridiano del Estómago recorre todo el cuerpo de la cabeza a los pies; partiendo de los pómulos rodea la cara, baja por el torso y la parte delantera de las piernas para acabar en el segundo dedo del pie. Gobierna el estómago y las funciones digestivas, ya que es el responsable de nuestra nutrición, tanto física como emocional e intelectual.
Donna Eden lo llama el “worrier” (el que se preocupa) ya que cuando nos preocupamos en exceso es éste el meridiano que resulta más perjudicado. Este canal energético también está relacionado con la construcción de nexos, con lo social, y de su estado depende si tenemos problemas para desarrollar relaciones y nos mostramos introvertidos o por el contrario construimos nexos sólidos y relaciones sanas con facilidad. Este meridiano también se encarga de nuestra capacidad para mantener una visión realista del entorno y de nuestra relación con él.
Ahora que conocéis un poco mejor a cada meridiano, os enseñaré a testarlos para saber si están fuertes y llenos de energía o debilitados, obstruidos o con el flujo de energía invertido. También os contaré qué hacer para limpiarlos y sanarlos de manera que podáis mantenerlos en buen estado, además de algunos truquillos para su puesta a punto. Pero todo esto lo veremos en el siguiente artículo…
¡Hasta pronto!