Chi Ball: magia de sanación en tus manos

Por mágica y fascinante que nos pueda parecer la imagen de nuestras propias manos sosteniendo una brillante e hipnotizadora bola de energía, una Chi ball no es otra cosa que una concentración de energía formada a través de la intención y la visualización, es tan real y natural como el aire que respiras pero no ves. La chi ball forma parte de la práctica de algunas terapias de energía espiritual y sanación, como el Reiki; los practicantes crean esta bola de energía chi en sus manos y luego la envían a través del espacio a una o varias personas para sanar, equilibrar o revitalizar. Funciona como un medio para canalizar y dirigir la energía vital universal, también conocida como «chi» o «prana».

Existen varios tipos de chi balls que los practicantes pueden crear según sus necesidades y propósitos específicos. Aunque la práctica de trabajar con estas bolas de energía puede ser bastante personalizada y adaptable a las necesidades individuales de cada persona, éstos serían algunos ejemplos del uso que podemos dar a esta concentración de energía:

Chi ball de sanación: se crea con la intención de sanar y equilibrar el cuerpo, la mente y el espíritu.

Chi ball de protección: se forma para crear un escudo de energía protectora alrededor de una persona o un espacio.

Chi ball de manifestación: se utiliza para canalizar energía y materializar objetivos, deseos o intenciones específicas.

Chi ball de limpieza: diseñada para purificar y eliminar energías negativas o no deseadas de un lugar o de una persona.

Chi ball de conexión espiritual: creada para fortalecer la conexión con la intuición, la guía espiritual o la conciencia superior.

La Chi Ball puede utilizarse sola o como complemento de otras terapias energéticas. Por ejemplo, el Reiki es una forma popular de sanación energética que utiliza chi balls como parte de su práctica; algunas formas de Qi Gong pueden incorporar la creación y manipulación de chi balls como parte de sus ejercicios; otras modalidades de sanación energética emplean así mismo estas bolas de energía en sus prácticas, como la terapia de polaridad y la sanación pránica, entre otras.

 

La terapia de polaridad es una forma de sanación energética que combina principios de la medicina oriental, como el Ayurveda, con conceptos occidentales de anatomía, fisiología y psicología, y que se basa en la premisa de que la salud está influenciada por el flujo y equilibrio de la energía vital o «prana» en el cuerpo; cuando esta energía está bloqueada o desequilibrada, pueden surgir problemas físicos, emocionales o mentales.

En la terapia de polaridad, una chi ball podría utilizarse como una herramienta adicional para facilitar la canalización y el flujo de energía durante una sesión, generando y transfiriendo energía, así como armonizando los chakras y contribuyendo a la relajación del paciente durante el tratamiento.

La sanación pránica es una práctica de sanación energética que se basa en la manipulación y canalización del prana para equilibrar y armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu. Se fundamenta en la idea de que la energía pránica fluye a través de los meridianos y centros energéticos del cuerpo, y que los desequilibrios energéticos pueden causar enfermedades y malestar.

La Chi ball puede integrarse en la sanación pránica como una herramienta para aumentar la capacidad del terapeuta para canalizar, transferir y manipular la energía durante la sesión de tratamiento, ayudando así a promover la sanación y el bienestar del cliente.

¿Cómo funciona la chi ball?

El procedimiento básico para crear, enviar y usar una chi ball, independientemente del propósito para el que se cree, comienza con la preparación del creador de la bola de energía, que debe relajarse, centrarse y conectarse correctamente. El previo diseño de la Chi ball es importante, ya que su creación se basa en la visualización y la intención: cuanto más claro tengamos qué queremos conseguir y con qué energías vamos a trabajar, más control tendremos sobre todo el proceso y más efectiva será nuestra chi ball.

Una vez creada, infundida de energía e intención, y programada para actuar como deseamos, ya podemos enviarla a su destinatario, que podemos ser nosotros mismos u otro individuo o incluso un grupo de personas. El destinatario necesitará saber en qué momento estará disponible y cómo reclamarla para recibir la energía almacenada en ella.

 

En resumen, lo que a quien no es capaz de percibir la energía puede parecer más una escena extraída de una película de ciencia ficción o dibujos animados que una realidad, es en verdad una práctica más conocida y extendida de lo que muchos puedan creer. En las últimas décadas ha ido creciendo la cantidad de personas que ven o sienten o de alguna forma perciben la energía; bajo esta luz es fácil imaginar que una técnica como la creación y el uso de la chi ball se use cada día más, ya que se trata de trabajar con la energía y, a fin de cuentas, ¿qué somos nosotros y qué es todo lo que nos rodea sino energía? 😉